domingo, 17 de enero de 2016

¡TERMINAR! ¡POR FIN, SUCEDIÓ!

Es muy gratificante e incluso saludable, ver realizado aquel proyecto ideado y pensado mientras se laboraba la tierra del huerto. Porque entre riegos, ahuecadas de suelos, cortes de hierbas y cosechas, iba pensando en lo bien que quedaría un espacio humano, habitable y acogedor. Que disponga de lo necesario para encuentros y celebraciones. Simplemente por completar el círculo del ecosistema, la alegría de compartir con otros el ambiente de plantas cultivadas en un proceso natural y por donde circulan las hormigas, las mariposas, las lagartijas, las mantis religiosas, las abejas, las babosas, las mariquitas, muchos insectos y alguna que otra invasión de pulgones. Y por supuesto, los que no se mueven, los que están siempre en el mismo lugar, los árboles frutales y los arbustos. Todos juntos en ese mágico ambiente, sano y terapéutico, celebrando la satisfacción de compartir. Un abrazo.