Cada vez que se oye hablar de la salud de las
personas, siempre sale a colación que cada vez se vive más años.
Y puede ser que sea cierto. Pero lo que no siempre
se dice es que pocas personas viven sin tomar medicinas. Olo contrario, que
muchas personas toman cada vez más medicamentos. Raro es el que no está
medicalizado, en mayor o menor medida.
¿Quién nos lo manda? ¿La salud o los médicos?
En mi modesto modo de entender las cosas, la salud o
más bien la enfermedad, se ha convertido en un negocio como lo son los
alimentos, los electrodomésticos o los viajes y las fiestas.
Hoy, todo se ha transformado en un modo de ganar
dinero.
Y nos hemos acostumbrado a olvidarnos de la esencia
de nosotros mismos, a no reconocernos como seres capaces de disfrutar en
libertad de la vida y la sencillez de las cosas, como lo son en la naturaleza.
Nuestro cuerpo ha terminado por aceptar como bueno
lo antinatural y a vivir sometido al estrés y lo inútil.
Vemos como natural y bueno, romper los bioritmos y
los ciclos naturales de día-noche, los tiempos propicios, los espacios muertos,
el que el grupo y la familia anden perdidos en la individualidad, y que la
fiesta celebrativa se convierta en excesos de alcohol.
Hoy, en cualquier momento y en cualquier
circunstancia se justifica cualquier determinación arbitraria. Y nos
respondemos con afán de justificarnos con ¿Y por qué no? Creo que nos hemos
convertido en seres amantes del artificio y la pirotécnia. Todo es un agregado,
un querer no aburrirse, un no saber qué hacer.
Y, sin ideas propias, -estoy generalizando-
aceptamos las que nos imponen desde el mercado. Y la adquisición compulsiva de
toda la nueva tecnología que sale a nuestro encuentro, nos hace sentir más
importantes que aquellos que no compran. Modas, estilos, movimientos y
tendencias nos invaden por doquier y a todas horas.
Nos hemos olvidado de cómo se calienta una taza de
leche fuera del microondas. No nos damos tiempo para hacer la mayoría de las
cosas, y menos para compartir con los nuestros, conversaciones, comidas y
alegrías.
Muchas de las circunstancias de nuestra vida están
llenas de contradicciones, incongruencias y sin sentido.
Hoy, está a la orden del día, el buscarnos
acontecimientos que provoquen en nosotros grandes descargas de adrenalina:
parques temáticos, tirolinas, puentings, paracaídas, balconins, …
Nuestro sistema nervioso necesita de sobresaltos.
La calidad de nuestra comida ha perdido muchos
puntos en energía vital y sabor. Tiene que ser rápida porque no tenemos ni
tiempo para comer. Estamos disparados en la locura de la inmediatez y el ahora.
La noche, ¡ay! la noche. ¿Será para descansar y
reponer fuerzas? ¡¡No!! Es para seguir en la vorágine del día, para buscar más
emociones fuertes, por si no habíamos tenido bastantes.
El resultado de nuestro enervado sistema de vida es
un cuerpo inestable, mal alimentado, con sueño, castigado y
"acidificado". Nuestros órganos internos están siendo atacados por
muchos flancos.
Nuestro cuerpo ácido es un exquisito caldo de
cultivo para cualquier enfermedad.
Es por lo que, ahora, deseo poner un granito de
arena, con ánimo de alentar a otros a hacer pequeños cambios en sus habitos
cotidianos con la intención de mejorar su estado anímico .
Es simplemente una enumeración, no completa pero sí
extensa, de cosas que podemos hacer, aunque quizás no todas a la vez.
Pero es conveniente que nos pongamos en camino.
COMER BIEN.
ESTAR A
BIEN CON UNO MISMO Y CON LOS DEMÁS.
TOMARSE
TIEMPOS DE SOSIEGO Y REFLEXIÓN, SOBRETODO, POR LA MAÑANA.
NO TENER
ODIO, NI RENCOR.
EVITAR LOS
RESIDUOS DE PESTICIDAS.
EVITAR EL
AGOBIO POR LA SALUD.
COMER
FRESCO Y NO TAN TRANSFORMADO.
CONSUMIR
POCA PROTEÍNA ANIMAL.
REDUCIR O
SUPRIMIR LOS LÁCTEOS.
SUPRIMIR
LOS AZÚCARES REFINADOS.
SUPRIMIR
LAS HARINAS REFINADAS.
SUPRIMIR EL
USO DEL MICROONDAS.
INTRODUCIRSE
POCO A POCO EN LA DIETA ALCALINA.
CONSUMIR
AGUA DE MAR.
INCORPORAR
EN LA ALIMENTACIÓN EL CLORURO DE MAGNESIO.
TOMAR EL
SOL.
UTILIZAR LA
ORINOTERAPIA.
ESTAR
ABIERTOS A TODO.
RECUPERAR
EL INSTINTO.
UTILIZAR
LAS PLANTAS MEDICINALES.
TENER UNA
ACTITUD POSITIVA ANTE LOS ACONTECIMIENTOS DIARIOS.
Se podrían poner más acciones, pero ya cada uno
deberá buscar y descubrir su identidad en este camino del bienestar, la armonía
y el regocijo personal.
Debemos aprender a ser capaces de estar a gusto con
nosotros mismos. Todo lo que hagamos en este sentido, será un paso para
conseguir que vivamos con calidad de vida, nosotros y los que nos rodean.
Un abrazo de paz y energía positiva.